martes, 20 de enero de 2009

frío destino


Desde el fuego, con fuerza y odio empezó mi existencia; mi objetivo será impartir dolor y muerte, por lo que desde que existo, siento una sed de sangre casi insaciable. Mi frialdad y firmeza inspirará a muchos, pero también acarreará el desprecio de otros; sin embargo existe alguien a quien amaré y me amará tanto que nuestra permanencia en el universo será memorable. Al fin pertenezco a mi amor, para quien nací y con quien estaré atada al punto de que todo lo que él me ordene yo deberé cumplir; cada acto que realicemos juntos será de gloria y honor, pero a la vez de sufrimiento y maldad. Pero para que voy a cuestionarme si lo que hacemos es correcto o incorrecto, a la final así estaba escrito, para eso existo, mi belleza no es sino otro punto fatal que llama a la sangre a recorrerme lentamente, quien pensaría que alguien tan bella y delicada sería tal letal; una vez más mi amor hace que la sangre bañe cada rincón de mi cuerpo, un placer indescriptible me invade en espíritu, pero cuando termina todo, vuelvo a mi propia frialdad, la sangre fresca que me calentó por un momento ya se ha enfriado solo con tocarme. No sé que es lo que sucede, mi amor parece algo exaltado, deprimido, atónito; ya siento lo que el quiere pero como podría acceder, yo quien lo ha amado con total entrega, ser quien le congele el alma y corrija su corazón, no lo hagas amor, sin ti nadie más me volverá a tocar, seré olvidada y no podré alimentarme de esta sangre que tanto anhelo; ya es muy tarde... mi agudo rostro te rompió la piel, mi fría esencia te ha congelado el alma, todo sea por tu honor, que podría ser más glorioso para un guerrero que morir por su propia amada.

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