viernes, 6 de febrero de 2009

delicioso vino...


Se seca el vino del corazón, oh poeta, lucha con todas tus fuerzas porque esto no suceda, cuando el corazón se seca, se muere, mata a su dueño y lo abandona en una soledad tan letal, que como un niño perdido en el desierto, cae rendido por la sed y los buitres de la mente devoran sus últimas fuerzas. Así de importante es el vino del corazón, con un cántaro viértelo hasta que se emborrache, déjalo, un corazón embriagado de pasión ¿qué podría ser más satisfactorio? Pues como el ney canta de nostalgia y hace llorar a hombres, mujeres, dioses y demás seres, un corazón ebrio de pasión es como una cobra que baila con la sorna, imponente, alegre, elegante pero altamente peligroso, puesto que puede morder y embriagar más corazones con sus colmillos llenos de este vino; oh amante, toma su cabello, enrédate en su cuerpo, muérdele los labios, no dejes el vino, el vino llena el alma, te mantiene vivo; siendo así ¿qué podría ser mejor que el vino? Nada…

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